Las cinco necesidades básicas

 Allah ordenó proteger la vida del ser humano a toda costa, aunque ello implique, momentáneamente, caer en algo ilícito.

Estas son las necesidades fundamentales que todo ser humano debe satisfacer para llevar una vida digna, por eso las legislaciones han ordenado su protección y prohibido todo lo que pueda perjudicarlas.

El Islam las protege para que así el musulmán pueda vivir con seguridad y tranquilidad en esta vida, y obre para su vida terrenal y su vida futura.

De este modo la sociedad musulmana vive como una comunidad única, como una sola edificación: unidos los unos con los otros, como si fueran un solo cuerpo. Así, sí uno de sus miembros sufre dolor, esto afectará todo el cuerpo, entrando en un estado febril, sin poder dormir. La protección de estas necesidades básicas se lleva a cabo por medio de dos cosas:

Aplicarlas y regularlas.

Mantenerlas protegidas de la transgresión y la negligencia.

  1. La religión:

Es el asunto más importante, razón por la cual Allah creó a la humanidad y envió a los mensajeros para que la divulgaran y la protegieran, tal como dijo Allah, el Altísimo: “Por cierto que enviamos a cada comunidad un mensajero [para que los exhortara a] adorar a Allah y a evitar al Seductor” (Corán 16: 36).

Por eso el Islam se ha preocupado por preservar la religión y protegerla de cualquier alteración, para que no pueda ser contaminada por supersticiones, costumbres, manipulaciones o cosas ilícitas.

  1. El cuerpo :

Allah ordenó proteger la vida, incluso si esto conlleva a la práctica de cosas ilícitas para conseguirlo, ya que si son necesarias están perdonadas de antemano, tal como dijo Allah: “Pero si alguien se ve forzado por hambre, sin intención de pecar ni excederse, no será un pecado para él. En verdad Allah es Absolvedor, Indulgente” (Corán 2:173).

También prohibió matar o causar daño. Dijo el Altísimo: “Y contribuyan por la causa de Allah y no se autodestruyan, y hagan el bien; en verdad Allah ama a los benefactores” (Corán 2:195).

Por eso Allah legisló estableciendo los límites y las penas, las cuales prohíben causar daño a la gente, sea cual fuere su religión. Dijo Allah: “¡Oh, creyentes! Se os ha establecido la ley del talión en caso de homicidio” (Corán 2:178).

  1. La razón:

El Islam ha prohibido todo lo que pueda afectar la razón y la conciencia, porque la razón es una de las mayores gracias que Allah nos ha concedido, y en ella se basa la dignidad humana. Es a través de la razón que se juzga todo en esta vida y en la Otra.

Por este motivo, Allah prohibió todos los tipos de embriagantes y drogas. Él dijo: “«¡Oh, creyentes! Los embriagantes, los juegos de apuesta, los altares [sobre los cuales eran degollados los animales como ofrenda para los ídolos] y consultar la suerte valiéndoos de flechas son una obra inmunda de Satanás. Absteneos de ello y así tendréis éxito».” (Corán 5:90).

  1. La familia:

 Preservar el honor de la familia es uno de los mayores objetivos de la legislación Islámica.

El Islam enseña la importancia del sexo y la procreación dentro del matrimonio. Esto puede verse por cinco aspectos:

  • La importancia que el Islam da al matrimonio. Dijo el Altísimo: “Desposen a aquellos hombres o mujeres que no tengan cónyuge” (Corán 24:32).
  • El Islam prohíbe todas las relaciones fuera del matrimonio, cerrando las vías que llevan a ellas. Dijo Allah, el Altísimo: “Apártense de todo lo que los lleve a la fornicación, pues esto es una inmoralidad y conduce al mal” (Corán 17:32).
  • Prohíbe poner en duda la paternidad o entrometerse en la vida privada considerando esto como una falta capital y castigándolo penalmente en esta vida, además del castigo que merecerá en la Otra Vida.
  • Ordena preservar la honra de hombres y mujeres. Quien muere defendiendo el honor de su familia es considerado un mártir (ver página 202).
  1. Los bienes materiales:

El Islam ordena proteger los bienes obtenidos en la búsqueda del sustento, permitiendo la compraventa, el trueque y el comercio.

Pero prohíbe la usura, el robo, el engaño, la corrupción y aprovecharse de los bienes ajenos por medios ilícitos; estos actos son condenados en el Sagrado Corán, dictaminando graves castigos para quien los cometa (ver página 168).