El Divorcio

El Islam enseña a procurar que el matrimonio sea para siempre, que la relación tenga continuidad y perdure a lo largo de toda la vida, tanto que Allah lo ha llamado “El Pacto Firme”; de ahí que en el Islam está prohibido poner fecha para la caducidad del contrato de matrimonio.

Pero el Islam, consciente de la naturaleza de los seres humanos y sus particularidades, ha legislado también el divorcio para que las personas que no pueden convivir puedan interrumpir el contrato de manera legal, después de intentar encontrar soluciones que conserven la relación por todos los medios legítimos. De esta manera, el Islam muestra su visión realista del matrimonio y su equidad al tratar a los cónyuges, puesto que muchas veces surgen problemas y distanciamiento entre ambos que hacen imposible la convivencia y la estabilidad familiar y social, que son la finalidad del matrimonio; entonces, en comparación, el divorcio se convierte en un mal menor.

El divorcio es lícito para salir de una situación conflictiva y se abre la posibilidad de hallar otro cónyuge con el cual se pueda encontrar lo que necesitaba en el matrimonio anterior. Dijo Allah: “Pero si se divorcian, Allah hará que cada uno pueda prescindir del otro por Su gracia. Allah es Vasto, Sabio” (Corán 4:130).

No obstante, para divorciarse deben cumplir ciertas normas y requisitos:

  • En principio, quien puede pronunciar la fórmula de divorcio es el hombre y no la mujer.
  • La mujer puede pedir el divorcio si no soporta seguir viviendo con su marido y éste se niega a pronunciar la fórmula del divorcio. En ese caso, la mujer debe recurrir a un juez, siendo el juez quien ejecute el divorcio.
  • Durante el proceso de divorcio, los cónyuges pueden reconciliarse hasta dos veces luego de pronunciada la fórmula de divorcio. Pero cuando la fórmula se pronuncia por tercera vez, ya no pueden reconciliarse a menos que ella vuelva a casarse con otro hombre y se divorcie a su vez de él.