¿Cómo entra una persona al Islam?

La persona ingresa al Islam pronunciando el testimonio de fe (Shahádah) de corazón, consciente de su significado. El testimonio de fe dice:

  1. Ash hadu an la ilaha il la Allah, wáhdahu, la sharika lah (Atestiguo que no hay más divinidad que Allah, solamente, sin asociados).
  2. Wa ash hadu anna Muhámmadan ábduhu wa rasúluh (y atestiguo que Muhámmad es Su Mensajero y Enviado) (ver páginas 40-48), significando este testimonio que nos comprometemos a adorar a Allah solamente y a seguir el ejemplo de Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él)

El baño del nuevo musulmán:

El momento en que una persona entra al Islam es el más importante y grandioso de su vida, es el momento de su verdadero nacimiento que le permite saber la razón y el sentido de su existencia. Debe comenzar su ingreso al Islam bañando su cuerpo con agua para purificarse, al igual que ha purificado su alma de la incredulidad y los pecados.

El Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) ordenó bañarse a uno de los dignatarios árabes cuando este quiso entrar al Islam (Al Baihaqi 837).

 El arrepentimiento

El arrepentimiento es retornar a Allah, por lo que todo aquel que abandona su pecado o su incredulidad y retorna a Allah sinceramente se considera arrepentido.

El musulmán necesita arrepentirse y retornar a Allah durante toda su vida, puesto que cometemos pecados y faltas todos los días. Cada vez que se comete un pecado se debe pedir perdón a Allah.

Las condiciones del arrepentimiento sincero:

Para un arrepentimiento válido y sincero por todo pecado, aún por la incredulidad y la idolatría, se deben cumplir ciertas condiciones, a saber:

  1. Abandonar el pecado:

No es sincero quien dice arrepentirse del pecado mientras lo sigue cometiendo; pero si vuelve a caer en ese pecado después de un arrepentimiento sincero, su arrepentimiento fue correcto, aunque deberá arrepentirse nuevamente de dicho pecado cada vez que lo cometa.

  1. Arrepentirse de los pecados y las faltas anteriores:

Sólo es posible hablar de arrepentimiento cuando la persona siente remordimiento y pesar por los pecados cometidos, por ello, no se considera arrepentido quien habla de sus pecados anteriores con orgullo. Sobre eso dijo el Mensajero de Allah (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él): “El arrepentimiento es lamentarse” (Ibn Máyah 4252).

  1. Tener la intención y la resolución de no repetir el pecado:

No es correcto ni válido el arrepentimiento si se tiene la intención de volver a cometer el mismo pecado.

Pasos para hacer realidad la firme intención:

  • Comprometerse consigo mismo a no repetir los pecados que cometía bajo ninguna circunstancia. Dijo el Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él): “Quien posea estas tres cualidades saboreará la dulzura de la fe”, y entre ellas mencionó: “quien detesta volver a la incredulidad después de que Allah lo haya salvado de ella, igual que detesta ser arrojado al Fuego” (Al Bujari, 21; Muslim 43).
  • Alejarse de las malas compañías, personas que debilitan su fe y le invitan a pecar.
  • Suplicar a Allah, glorificado y alabado sea, que nos afirme en Su religión hasta la muerte, rogarle en cualquier idioma y de cualquier modo, así como con súplicas que encontramos en el Corán y en la Súnnah:
    • “¡Señor nuestro! No hagas que nuestros corazones se desvíen después de habernos guiado” (Corán 3:8).
    • “Oh, Allah, Tú que cambias los corazones, afirma mi corazón en Tu religión” (Attirmidhí 2140).

¿Y después del arrepentimiento?

Cuando una persona se arrepiente y pide perdón a Allah, que es Misericordioso, le perdona todos sus pecados, por graves y grandes que fueran, puesto que Su misericordia es infinita. Dijo el Más Compasivo: “Diles [¡oh, Muhámmad! a quienes transmitan Mi Mensaje que Yo digo]: ¡Oh, siervos Míos! Ustedes que se han excedido [cometiendo pecados] en detrimento propio, no desesperen de la misericordia de Allah; por cierto que Allah puede perdonar todos los pecados, porque Él es Absolvedor, Misericordioso” (Corán 39:53).

Después del arrepentimiento sincero, el creyente se purifica y está libre de pecados, es más, Allah recompensa a los arrepentidos que lamentan mucho sus pecados, tanto que cambia sus pecados en buenas obras. Dijo el Todopoderoso: “Salvo quienes se arrepientan, crean y obren correctamente. A éstos, Allah les perdonará sus pecados y en su lugar les registrará buenas obras; pues Allah es Absolvedor, Misericordioso” (Corán 25:70).

Quien haya conseguido tal privilegio debe conservarlo haciendo todo aquello que le ayude para tal fin, y evitar caer en las trampas del demonio.

La dulzura de la fe:

Quien ame a Allah y a Su Mensajero por encima de todo, ame a los demás en proporción de su devoción a Allah y su rectitud, y deteste volver a cometer los pecados y desviarse de la guía de Allah, encontrará en su corazón la dulzura y el placer de la fe, placer que produce su cercanía a Allah, por la felicidad de la guía divina y la bendición de ser creyente. Tal como dijo el Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él): “Quien posea estas tres cualidades saboreará la dulzura de la fe: quien ame a Allah y a Su Mensajero por encima de todo, ame a los demás por su devoción a Allah y su rectitud, y deteste volver a la incredulidad después de que Allah lo haya liberado, igual que detesta ser arrojado al Fuego” (Al Bujari 21; Muslim, 43).

 Agradecer la bendición de la guía y el arrepentimiento

Entre las obras más importantes que hace el musulmán está el agradecimiento a Allah por Su bendición y Su guía:

  1. Aferrarse a Su guía y ser paciente ante las dificultades:

El Islam no es sólo un pensamiento o una afición, sino que es una religión que guía todos nuestros asuntos diarios, por eso es el mayor regalo dado por Allah a la humanidad, y como todo regalo valioso hay que cuidarlo y protegerlo de lo que pueda dañarlo. Dijo Allah, el Altísimo, a Su Mensajero, ordenándole aferrarse al Islam y al Corán y no renunciar a nada del mensaje: “Aférrate a lo que te fue revelado; por cierto que tú estás en el sendero recto” (Corán 43:43).

El nuevo musulmán no debe entristecerse por las adversidades que pueda encontrar después de su entrada al Islam, ya que es una ley divina que los profetas y sus seguidores sean agredidos y atacados, y su respuesta siempre ha de ser la paciencia y el esfuerzo por defender su fe y explicarla de la mejor manera. Las historias de los profetas nos enseñan muchos ejemplos, ya que fueron agredidos por sus familiares y por sus pueblos, pero ello no los hizo desistir en su mensaje ni renunciar a su religión. Estas dificultades son también pruebas para la fe, así que hay que aferrarse más al Islam y suplicar a Allah, como hacía el Mensajero (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él): “Oh, Allah, Tú que cambias los corazones, afirma mi corazón en Tu religión” (At-Tirmidhí 2140).

En este contexto dice el versículo: “¿Acaso piensan los hombres que se los dejará decir ‘¡Creemos!’, sin ser puestos a prueba? Por cierto que probamos a quienes los precedieron, y Allah bien sabe quiénes son los sinceros y quiénes los mentirosos” (Corán 29:2-3).

  1. Esforzarse por invitar a la gente al Islam con sabiduría y buen consejo:

Es una de las mejores maneras de agradecer la bendición del Islam, así como una de las mejores maneras de perseverar en el camino de Allah. La persona que se ha curado de una enfermedad grave, que lo hizo sufrir días y noches, porque ha encontrado el medicamento indicado, es quien mejor puede ayudar a los demás que sufren de su antigua enfermedad a curarse y difundir ese medicamento entre la gente, especialmente entre sus familiares y amigos.